jueves, 3 de junio de 2010

Un libro objeto se trata de un proceso reflexivo, que necesita

de varias estructuras para que la idea creativa se vea finalizada

y materializada. Para ello, en primer lugar trabajé el

concepto del texto, La ciudad y la memoria; como nuestra

memoria selectiva acoge aquellos recuerdos que nos interesan,

y como el pasado tiende a superar el presente, de ahí nace la

nostalgia, un autoengaño, una sucesión de imágenes que nos

aferran al pasado. Un libro antigüo, sin tapas, usado, amarilllento

y envejecido es transformado conceptualmente en mi memoria,

una memoría desde hace más o menos 26 años. En el lomo,

nacen una gran cantidad de marcapáginas o también llamados puntos

de libro, de numerosos colores, texturas, tipos, etc. Estos lazos,

se esconden en cada página, simbolizan mis recuerdos,

aquellos que hemos querido mantener de alguna forma

dentro de nuestra memoria, aquellos que forman parte de

nuestra vida. Según estudios, los recuerdos son seleccionados

previamente, esta selección generalmente son recuerdos

buenos, los recuerdos catastróficos o “malos”, se olvidan más

fácilmente. Por ello he elegido todo tipo de colores vivos,

colores que representan los recuerdos “buenos”, los recuerdos

con los que nos quedamos. A partír de esto, surge un gran

contraste entre el libro representado como la memoria, un

pasado, frente a la multitud de lazos representados como

nuestros recuerdos, como la nostalgia, que más tarde se

acumulan todos juntos delante del libro, generando un todo,

generando ese sentimiento de solamente valorar ciertas cosas

cuando ya no están, un festín de recuerdos, que presentan el

concepto del texto. La ciudad del antes, y la ciudad del después.

domingo, 23 de mayo de 2010

invita para merendola

lunes, 17 de mayo de 2010

en lo alto de la montaña

domingo, 2 de mayo de 2010

me gusta Roy Orbison

lunes, 26 de abril de 2010

un corazón de mentira para un engaño de verdad


composición con polaroids y tipografía

sábado, 24 de abril de 2010




me gustan las baldosas antigüas